Originalmente X-Men: Dark Phoenix se iba a estrenar en noviembre de este año, sin embargo, decidieron atrasar la fecha hasta febrero del 2019 debido a la necesidad de volver a grabar algunas escenas. Esto parecía relativamente normal dentro de una producción grande como esta, pero cada vez salen a la luz más cosas que ponen en duda la fiabilidad del proyecto, el cual está en una etapa tan avanzada que sería complicado y costoso cancelarlo.
De acuerdo con el sitio La Presse, estaban contempladas dos semanas para rodar las nuevas escenas, pero se ha prolongado hasta tres meses. Esta situación nos hace pensar que en realidad no sólo faltaban algunas tomas por filmar nuevamente, sino que hay un tramo más largo por modificar y que los problemas con la producción son más serios de lo pensado. Inclusive el presupuesto va subiendo conforme el tiempo corre y no se termina la película, acortando el margen de ganancia en la taquilla.
Posiblemente el tener a un director debutante sea la razón de todo este desbarajuste. Simon Kinberg fue el elegido para llevar el rumbo de la cinta, y aunque ha estado involucrado como productor de varias cintas de los mutantes, no es lo mismo estar detrás de la cámara a detrás del presupuesto y la logística. Sus decisiones al frente tal vez no han sido las mejores y por ello es necesario invertir más tiempo corrigiendo, aunque esta sólo es una razón probable con mucho sentido.
De hecho, el rodaje principal duró solamente tres meses y medio, lo que pudo ser apresurado para una película de tal magnitud y por ello se ha prolongado tanto. También existe la posibilidad de que los tres meses de ir de nuevo a los sets sea por conflicto de agendas entre los involucrados. Lo cierto es que entre más tiempo pase las especulaciones y mala publicidad va en ascenso, y sería algo bochornoso que la penúltima cinta de los mutantes a cargo de Fox no esté a la altura de varias entregas anteriores.