El sencillo portón negro no revela ninguna pista sobre lo que hay adentro: un enorme foro y en su interior están las oficinas de Los Pinos. El año, es 1968.
Abro el cajón de un escritorio y encuentro una engrapadora de la época. Descubro que el detalle en la construcción de estos sets impresionantes no está solo en las paredes recubiertas de caoba falsa. Tampoco en los tapetes, alfombras y lámparas que me recuerdan la casa de mi infancia, con todo y teléfono negro de disco. Por lo pronto, tan sólo los objetos me han transportado 50 años atrás, a un México más inocente, menos violentado, pero igual de convulso que el de ahora.
En medio de estas paredes de ficción se desarrollará Un extraño enemigo, una historia de mentiras que se enredará con hechos de la vida real que marcaron la historia de México: el Casco de Santo Tomás, la Manifestación del silencio, los Juegos Olímpicos, la masacre de Tlatelolco…
Al centro de estos acontecimientos se encuentra el comandante Barrientos, personaje a cargo de Daniel Giménez Cacho, un político que se ha encumbrado desde abajo y que busca aprovecharse de la situación política para seguir escalando las ramas del poder.
Giménez Cacho insiste en que esto no es un documental ni trata de establecer una línea política, sino contar una historia desde diferentes puntos de vista. Pero yo insisto: aunque el objetivo no sea político, alguna reflexión habrá de dejarnos, ¿no?: “Irremediablemente -me dice- pero esto es una especulación que vive dentro de la factibilidad, y ahí es donde nos asesoramos con politólogos, con historiadores, líderes de opinión de la época...
Estamos haciendo un thriller político que toca ciertos sucesos y personajes reales, pero no estamos diciendo que así sucedieron las cosas.
Un extraño enemigo fue dirigida por Gabriel Ripstein y es una producción Prime Original de Amazon en colaboración con TAO, el estudio de contenido premium de Televisa. La serie estará conformada por ocho episodios que estarán disponibles para los miembros de la plataforma a partir del próximo 2 de octubre, que a 50 años, no se olvida.