Grindelwald no duda en lanzarle una maldición Cruciatus y Albus no soporta que quiera hacerle daño a su hermano, así que los tres se enganchan en una gran pelea. Según Aberforth, Ariana no puede evitar sentirse atráida por el ruido y los destellos, y accidentalmente se cruza en la pelea, cayendo muerta cuando un rayo la alcanza. Aunque Aberforth culpa a Albus y le guarda rencor por eso, confiesa a Harry, Ron y Hermoine que en realidad nadie sabe quién lanzó el hechizo que la mató.
Desde su obsesión temprana por las artes obscuras y las Reliquias de la muerte, hasta su paralelismo con Hitler...