Había una vez un artefacto llamado teléfono fijo, y los niños de aquellas remotas épocas a veces lo usaban para hacer bromas, aprovechando que no existía el identificador de llamadas. Una de las más comunes era pedir hablar con una persona inexistente, cuyo nombre tenía doble sentido. A esto sumen que hace 30 años que se estrenó Los Simpsons apenas existían los celulares, por lo que a veces la gente llamaba a bares y restaurantes cuando tenía urgencia de localizar a alguien. El resultado es la típica broma que Bart hace cada vez que llama al Bar de Moe.
Por supuesto, está basado en la historia real de Red, el dueño de un bar en Nueva Jersey, que sin importar por quién le preguntaran, él lo gritaba a voz en cuello y por todo el lugar. Una vez que se daba cuenta de la broma se ponía furioso, igualito que Moe, cuyos asgos y voz estan basados en el comediante Rich Hall.