Sin duda, uno de los mejores monstruos de Guillermo del Toro, quien fuera interpretado por su fiel Doug Jones, de quien incluso se rumoró que podría ser nominado al Óscar por darle vida a la criatura en La forma del agua. Y es que ¿qué sería de una película de Del Toro sin monstruos?
Nadie puede negar que en El laberinto del fauno, el Hombre pálido fue el más aterrador. La piel tan blanca que era casi transparente, la gran boca con pocos dientes, los ojos en la manos de largas uñas. Un monstruo relativamente fácil de evadir, pero letal si te descubre. Y no es para menos, el Hombre pálido está inspirado, en parte, en una de las pinturas más inquietantes de la historia del arte: Saturno devorando a un hijo, que Francisco Goya pintó en 1823, cuando ya se había vuelto loco (segun dicen). Del Toro comentó alguna vez que la parte en la que el Hombre pálido le arranca la cabeza a un hada de una mordida, está inspirada directamente en la pintura.