No hay mucho más que decir ante lo evidente del carácter del personaje de Robin Wright en House of Cards, quien incluso se hizo del mando de la serie tras los escándalos sexuales de Kevin Spacey. A Claire no la intimida nada ni nadie, y además es capáz de mantenerse serena hasta en las situaciones más apremiantes. Su adicción es al poder y es capáz de pasar por encima de su propio marido para conseguirlo. Quizá porque la vimos empezar como la relativamente inofensiva típica una mujer de un político de altos vuelos en Washington, ahora le perdonamos que se haya convertido en la hermana gemela de Maquiavelo.
¿Dónde termina la heroína y comienza la villana? Justo en la zona gris donde habita la anti-heroína, y estas, son absolutamente inolvidables.