El día de hoy, el diario español El País publicó un artículo escrito por Óscar Jaenada, en el que el actor cuenta cómo fue su historia interpretando a Luis Rey, el controversial y abusivo padre de Luis Miguel (según la serie) que resultó ser peor que cualquier villano de telenovela y más malo que Thanos.
Luis Gallego Sánchez o Luis Rey fue lo que fue. Sus luces y sombras. A mí se me encomendó su interpretación. Sus claros y oscuros.
Jaenada cuenta que fue el productor "mexicatalán" Pablo Cruz quien le ofreció participar en el proyecto y de paso le dejó el libro, Luis mi rey, de Javier León Herrera, en el que la serie está basada. El actor cuenta que el texto lo hizo apasionarse por el personaje, que él define: "...con muchas aristas que había que pulir, muchos ruidos que deseaban ser silenciados y silencios que necesitaban de alguna voz."
Ese Luis Rey estaba lleno de caramelos interpretativos, que con una buena caja de herramientas, el público demandaría conocer.
En el artículo, Jaenada afirma que se le despertó la curiosidad, comenzó a investigar, estudió el libro a profundidad y así fue moldeando a Luis Rey. Las respuestas que encontraba sobre el personaje a veces coincidían y a veces no con las de la producción, pero que fue justo el que hubiera un diálogo abierto con los realizadores de la serie y que se le diera libertad creativa total, dos de las razones más importantes para aceptar el papel del padre de Luis Miguel. Y qué bueno que así fue, porque Jaenada se robó el show en más de un episodio.
Si se preguntan, qué me queda de Luis Rey, ahora a la distancia les diría que la satisfacción de haber hecho todo lo posible para su recreación y de haber llegado con mi trabajo a tanta gente. Sólo todo eso me queda de Luis Rey.