Todos conocemos el antecedente de Ryan Reynolds antes de llegar a ser un exitoso antihéroe. Corría el 2011 cuando se estrenó Linterna Verde protagonizada por el mencionado actor. La cinta fue un desastre en la taquilla apenas llegando a los 200 millones de dólares que fueron necesarios para producirla, sin dejar fuera el mal sabor de boca que dejó entre los críticos especializados y el público.
Parecía que Reynolds no lo intentaría más con las películas de superhéroes, ya que recordemos también participó en X-Men orígenes: Wolverine haciendo de un deforme – más de lo normal – Wade Wilson y tampoco le fue muy bien. Sin embargo, llegó su tercera oportunidad con un proyecto individual basado en el mismo personaje que ya había interpretado con Marvel, Deadpool y el resto es historia…