Hace un par de semanas la actriz Scarlett Johansson anunció su participación en la cinta Rub and Tug. Primero se dijo que interpretaría a Jean Marie Gill, una mujer transexual dueña de un lugar de masajes que funcionaba como fachada para un negocio de prostitución, que tenía por alias el nombre de Dante ‘Tex’ Gill.
La noticia aún no se enfriaba cuando desde las redes se comenzó a corregir el error: Gill nació como hombre y por lo tanto su identifdad transexual era la de Jean Marie. Y entonces se desató la controversia. April Reign, una de las principales activistas en contra del llamado whitewashing en Hollywood y quien encabezó la campaña de #OscarsSoWhite, la acusó de estar ocupando un rol que debería de pertenecerle a un hombre transexual. Según lo publicado por Variety, tras poco más de una semana de ataques en las redes, Johansson ha anunciado hoy que se retira del proyecto por las interrogantes éticas que han surgido sobre su papel como Dante ‘Tex’ Gill.
En una declaración a Out Magazine, la actriz dio a conocer sus razones: “La comprensión que nuestra cultura tiene sobre las personas transgénero continúa avanzando. He aprendido mucho sobre la comunidad desde que anuncié que interpretaría al personaje y ahora me doy cuenta de que fue insensible. Tengo un gran cariño y admiración por la comunidad trans y estoy agradecida de que el tema de la inclusión continúe en Hollywood.”
Aunque me hubiera encantado tener la oportunidad de interpretar la historia de Dante y su transición, entiendo por qué muchos creen que debería ser interpretado por una persona transgénero. Agradezco el debate que el rol generó; aunque controversial, ha encendido la chispa para que surja una conversación más amplia sobre la diversidad y la forma en que se presenta en el cine.
La GLAAD (Alianza Lésbico-Gay Contra la Difamación, por sus siglas en inglés) rápidamente celebró la decisión de Johansson: “Hollywood ha cambiado la forma en la que los norteamericanos entienden la vida de gays y lesbianas, y la TV ya lo está haciendo para las personas transgénero. La industria del cine tiene una oportunidad real de hacer lo mismo” -señaló Sarah Kate Ellis, presidenta del organismo. Por lo pronto, aún se desconoce el futuro de la película, o incluso si tendrá alguno.