Hace unos meses, cuando se estrenó Ready Player One, comentábamos cómo la primera entrega de Tiburón había inaugurado el término de lo que hoy se conoce como blockbusters, por las largas filas de gente, que llenaban cuadras enteras, esperando ver la película. El director, Steven Spielberg, ha dicho además que es una de las películas que más trabajo le costó hacer, particularmente porque ‘Bruce’, el tiburón mecánico, nunca terminó de funcionar correctamente. Además, Tiburón fue apenas el segundo largometraje de Spielberg y el inocente nunca contempló lo complejo que resulta filmar en el mar. Como dato curioso también podemos agregar que el que el tiburón de Buscando a Nemo sea tocayo del de Spielberg no es ninguna coincidencia, sino un emotivo homenaje.
Resulta, que como bien saben, Tiburón fue un gran éxito que también desencadenó una serie interminable de películas sobre animales malintencionados que se comen a la gente, como Grizzly, Piraña, etc.. Así que por supuesto, hacer una secuela estuvo en los planes casi de inmediato. Spielberg ya estaba listo con la idea de la nueva trama, pero de acuerdo a Cinema Blend, Tim Molloy, en el pod-cast Shoot This Now, señaló que los productores quisieron hacer algo más convencional, desecharon la idea del director, y por eso nunca más estuvo involucrado en ninguna de las secuelas.
La idea de Spielberg era retomar el impactante relato narrado a manera de monólogo que Quint (Robert Shaw) le cuenta al Jefe Brody (Roy Scheider) y a Matt Hooper (Richard Dreyfuss) cuando están a bordo del barco rumbo al final de la película. En uno de los momentos más icónicos de la película, el cazador de tiburones les cuenta la historia de la vida real de un grupo de hombres a bordo del USS Indianapolis en la Segunda Guerra Mundial, que tras ser hundido, quedan a la deriva en el mar en donde uno a uno, fueron devorados por tiburones. Spielberg quería que funcionara a manera de precuela, pero el estudio no estaba muy convencido de que este tipo de película funcionara en taquilla. Es una pena, de haberse realizado como Spielberg quería, quizá nos hubiéramos ahorrado la saga de Sharknado.