El 29 de junio del 2018, se estrenó en Netflix la segunda temporada de GLOW, la serie ochentera sobre un show de lucha libre femenil que comienza a salir en la televisión. En la primera temporada, vimos cómo se conformaba el diverso grupo de mujeres -de todas las edades y orígenes- que sabían muy poco del cuadrilátero, entre las que destacan la ingeniosa Ruth (Allison Brie) y la guapa Debbie (Betty Gilpin), quienes solían ser mejores amigas.
En los 10 episodios de la nueva entrega de GLOW, las chicas ya están integradas en el ring y dominan sus movimientos e improvisaciones. El reto ahora, será lidiar con la inesperada fama y con los problemas personales que siguen saliendo a flote: Debbie, continúa con su divorcio; Ruth es víctima del acoso de un hombre poderoso de la industria y Sam, el alcohólico director del programa, tendrá conflictos por su conocida tiranía.
Una de las sorpresas en la historia, es la importancia que cobra el personaje recurrente de Sebastian Howard (Chris Lowell), el niño rico inversor del show y el narrador de lucha más entretenido. 'Bash', como también le conocemos, nos introducirá a uno de los peores males de la época, al sospechar que su amigo más cercano podría haberse contagiado de una enfermedad nueva en la época como fue el SIDA.
El episodio ocho, llamado La gemela buena, también es una novedad. Más que seguir la trama habitual entre el motel y el cuadrilátero, es un compilado de secuencias de videos y comerciales, de bajísimo presupesto, protagonizados por las mismas luchadoras. Resulta todo un deleite para los nostálgicos del cine y la televisión de los ochenta.
Por último, podemos asegurarles que además de diversión, GLOW dejó todo listo para una tercera temporada que cambiará el sol de California por las luces de neón en Nevada ¡Qué felicidad!