Carrie Fisher nunca tuvo el menor empacho en contarnos cómo había sido su vida y para muestra está la película Recuerdos de Hollywood de1990, en la que la intérprete de la Princesa Leia literalmente diseccionó la conflictiva relación de amor-odio que tuvo con su madre, la también actriz Debbie Reynolds; fue tan intensa y profunda que decidió morir al día siguiente que su hija, según las declaraciones que Todd Fisher hizo a Variety.
Siguiendo los pasos de su hermana, quien escribió varios libros sobre su familia, Todd acaba de publicar sus memorias: My Girls: A Lifetime with Carrie and Debbie, pero a diferencia de las de Carrie, su versión de la historia es más feliz y menos truculenta. Todd escribe sobre una niñez en la opulencia, en una enorme mansión repleta de sirvientes y de sus tardes jugando en los sets de MGM; claro que él nunca tuvo que lidiar con un desorden de bipolaridad.
Carrie sentía que yo era una amenaza hasta cierto punto porque mi relación con mi madre era tranquila y yo estaba seguro de su amor. A mí no me importaba ser el hijo de Debbie Reynolds, mientras que ella siempre se quejó de vivir bajo su sombra.
A pesar de haber crecido bajo la mirada de la prensa, Todd se sorprendió por el circo mediático tras las muertes de su hermana y madre el 27 y 28 de diciembre de 2016. Comenta que su madre aseguró que se iba morir y que en sus últimos momentos le dijo: “Quiero irme con Carrie”, por lo que realmente se sorprendió cuando lo logró.
Fisher también comentó que Carrie ya casi había terminado de filmar sus escenas en Star Wars: Los últimos Jedi cuando se enfermó y pasó cuatro días en coma, conectada a un ventilador, antes de morir. Afirma que por eso la escena en la que Leia también cae en un coma fue la más difícil de ver cuando la cinta se estrenó. Todd espera que Leia siga siendo parte del universo de Star Wars:
Si Yoda y Obi-Wan han regresado, ¿por qué Carrie no?