Justo en su participación como asistente, Avi Arad (en ese entonces director de Marvel Films y posterior fundador de Marvel Studios) lo vio y decidió contratarlo como productor para Marvel. Este fue el punto en el que todo cambió para Kevin Feige, era el comienzo de una relación que ha sido fructífera con la Casa de las ideas y sus adaptaciones fílmicas.
Lo hicieron productor asociado de su primera película: X-Men (2000), el inicio de la franquicia de los superhéroes que hasta la fecha no deja de estrenar cintas. Por su conocimiento de superhéroes y por su labor dentro del estudio comenzó a destacarse de entre los demás.