¿Se acuerdan qué vimos a Jennifer Garner muy repuestita y con varios músculos de más en la pasada entrega de los Óscar? Pues ya sabemos por qué. Garner regresa a las patadas con las que nos cautivó en Alias y deja atrás (afortunadamente) sus papeles de mamá sobreprotectora de la mediana edad.
Peppermint es una clásica pieza moderna de acción, muy al estilo de John Wick o Atómica, en el que la protagonista, Riley North (Jennifer Garner ), es testigo de cómo su esposo y su hija son asesinados por sicarios pertenecientes a un Cártel mexicano. Riley trata de conseguir justicia por la buena, pero al no lograrlo, decide desaparecer durante cinco años.
“Está de vuelta” -dice la voz en off de una mujer, por lo que suponemos que, como dicta la fórmula, el personaje de Garner tiene un pasado como agente secreto o por lo menos, marine. Obviamente tomará justicia por su propia mano y acabará no sólo con los sicarios, sino con el Cártel completo.
Peppermint corre a cargo de Pierre Morel, el director de Búsqueda implacable. Con esto queda más que confirmado que el regreso de Garner será una palomera cien por ciento de acción y muertes de extras al por mayor, de esas que sirven muy bien para quitarse de encima el stress de encima a punta de patadas y balazos.