El director Lars von Trier no ha protagonizado uno, sino dos escándalos que le han valido ser declarado persona non grata en el Festival de Cannes. Por eso llamó tanto la atención que este año le permitieran participar con su película The house That Jack Built, aunque sólo fuera de la competencia.
El primero fue en 1991, cuando Barton Fink de los hermanos Coen, ganó la Palma de Oro. Von Trier se puso furioso y comenzó a quejarse de que su filme, Europa, ‘sólo’ había ganado el tercer lugar. Su enojo llegó al grado de insultar a Roman Polanski, quien era el presidente del jurado. Cuando el director subió al escenario a recoger su premio, declaró: “Quiero agradecer al jurado, y también al enano.”
El segundo escándalo protagonizado por el director danés fue en 2011 durante la conferencia de prensa de su cinta Melancholia. Nadie entendió por qué Von Trier respondió a una pregunta sobre la estética visual de su filme con un monólogo interminable que pretendía ser chistoso. Y menos cuando de repente dijo que simpatizaba con Hitler y se declaró un nazi frente a la prensa mundial. El escándalo rebasó los tabloides y fue vetado del festival… hasta este año.