Parece que pesa una maldición sobre The Man who Killed Don Quixote de Terry Gilliam, ex integrante del grupo cómico inglés Monty Python. Después de que llevarla a la pantalla ha tomado décadas, parecía que todo iba por buen camino cuando la participación de la cinta se anunció el pasado 19 de abril, como parte de la tradición en Cannes en la que se agreguan algunos competidores días después de publicada la lista con la selección oficial.
Poco después, incluso se eligió como la cinta que se proyectaría en la noche de clausura, pero ahora el panorama vuelve a verse negro, ya que Paulo Bronco y su compañía, Alfama Films Productions, con quien Gilliam lleva varios años peleando por los derechos de The Man who Killed Don Quixote, alega que la cinta no puede exhibirse sin su consentimiento. Resulta que en 2016 Gilliam y Branco firmaron un contrato que le daba los derechos a Alfama, pero Branco nunca proporcionó los fondos acordados. Gilliam consiguió entonces otros inversionistas quienes lo ayudaron a que el proyecto que el actor empezó en 1989 y que logró comenzar a filmar hasta el 2000, finalmente viera la luz.
El miércoles, Branco solicitó a una corte francesa que le otorgara una orden legal para impedir que The Man who Killed Don Quixote se exhiba en Cannes y los argumentos de ambas partes serán escuchados el 7 de mayo, un día antes de que arranque el festival. Por su parte, Branco reclama que lo único que busca es ser reconocido como el productor del filme, mientras que Gilliam afirma que eso no sería justo dado que el portugués únicamente trabajo en la producción durante cuatro meses y que nunca cumplió con ninguna de las condiciones a las que lo obligaba el contrato. La directiva del festival aún no ha hecho ninguna declaración al respecto.