La industria del cine es la única que puede emplear a menores de edad legalmente, aunque tan sólo sea por unas horas y bajo reglas muy estrictas: como aquella que estipula que un bebé debe tener al menos cinco días de nacido para salir en pantalla. Como el hecho de "contratar" bebés es complicado, muchos realizadores optan por escribirle a la cigueña de los efectos visuales, pero el resultado suele ir desde lo impactante y chistoso, hasta lo extraño.
Los bebés, parecen personajes con poca actividad ya que no caminan ni hablan, pero su presencia en pantalla puede ser reveladora....