Uno pensaría que la edad es una limitante para continuar haciendo cualquier cosa que te plazca, pero Agnès Varda es el ejemplo perfecto para demostrar lo contrario. A sus casi 90 años la directora originaria de Bélgica hizo una nueva película para demostrar que la imaginación y poder creativo no son habilidades que se pierden con el paso del tiempo. Rostros y lugares es su propuesta fílmica más reciente y no pretende otra cosa más que retratar el lado más humano de las personas.
A lado del fotógrafo y muralista J.R. (55 años más joven) codirigió este documental en el que se aventuraron por el sur de Francia abordo de una camioneta en forma de cámara fotográfica que también servía como cabina para tomar e imprimir imágenes a gran formato. El objetivo era visitar varios poblados para conocer personas y un poco de sus historias, ya sea personales, profesionales o sólo relatos que les llegaran a su mente en esos instantes. Además de darle nueva vida a las paredes y otros objetos de gran tamaño pegando imágenes a una escala mayúscula.
Agnès aceptó este proyecto gracias a su hija, quien le presentó a J.R. para plantearle el proyecto que conjuntaría la carrera fílmica de Varda y su forma de retratar la cotidianidad, además de evocar recuerdos alegres y dolorosos que están plasmados en el largometraje. Considerada una de las principales exponentes de la Nueva ola francesa, la cineasta nos permite dar una mirada hacia su interior y dejar rastro de su postura en favor de la igualdad de condiciones para las mujeres que ha llevado desde sus comienzos y también evocar a su fallecido esposo, el director cinematográfico Jacques Demy.
Rostros y lugares fue nominada al Oscar en la pasada edición como Mejor documental, además de haberse adjudicado varios premios como el Ojo de oro del Festival de Cannes y el Film Independent Spirit Award. Además de convertir a Agnès Varda en la única directora en recibir un Oscar honorífico y ser nominada para algún premio de la Academia en el mismo año.
No creo en la inspiración que llega como un rayo desde el azul, si no surge también del cuerpo y de la experiencia inmediata,” palabras de la directora con más de 60 años de trayectoria, “es por eso que siempre me refiero al 'documental subjetivo'. Me parece que mientras más motivada estoy por lo que filmo, más objetivamente filmé.