Nos brindó un rayo de esperanza en 1989 porque pensamos que finalmente Jason se había aventurado más allá de los confines del Crystal Lake y que por eso quizá veríamos algún aspecto novedoso. Pero nos quedamos con las ganas. No sólo el título en español no le hace justicia al original que es Jason takes Manhattan, si no que el cambio de locación no es más que un mero telón de fondo que prácticamente no participa en una trama donde unos estudiantes se llevan de polizonte a Jason a su fiesta de graduación en la Gran Manzana. Las actuaciones son tan malas, que uno sentía ganas de aplaudirle a Jason cada vez que mataba a alguien.
Son 12 y -no se equivoquen- todas son churros... eso fue justamente lo que ha convertido en clásico a esta franquicia del sub-género del 'Slasher' que cambió para siempre a los campamentos junto a un lago...