Si las segundas partes nunca fueron buenas, ¡imagínense la tercera! Pero esta excepción se debe principalmente a que fue filmada para 3-D y eso obligó a que se dejara de lado la cinematografía estilo serie B que había caracterizado a las dos entregas anteriores. También tiene una trama más intrigante, con muchos giros de tuerca y en la que Jason no es el único malo. Pero lo que hace verdaderamente excepcional a la cinta es que es en la que Jason obtiene su icónica máscara de Hockey: se la quita a una escuincla insoportable quien la usaba para asustar a sus colegas en el campamento de Crystal Lake.
Son 12 y -no se equivoquen- todas son churros... eso fue justamente lo que ha convertido en clásico a esta franquicia del sub-género del 'Slasher' que cambió para siempre a los campamentos junto a un lago...