Quizá una de las batallas más reñidas entre remake y original. En 1969 John Wayne protagonizó esta cinta que le dio un Oscar, en la que hacía de un cazador de cabezas empleado por un chica cuyo objetivo era encontrar al asesino de su padre, e inclusive hubo dos secuelas de esta película.
Pero en 2010 los hermanos Coen decidieron darle una segunda vida al filme con Jeff Bridges al frente. La película resultó con un tono más oscuro y apegado al libro en el que se basaron ambos largometrajes haciéndolo más acertado y apegado a la realidad en esta adaptación nominada a 10 Premios de la Academia.