Ubicada en Chicago y basada en la vida del gánster Al Capone se desarrolló la trama de Cara cortada de 1932, que retrataba la prohibición del alcohol durante los años 30 y cómo Tony Camonte iba creciendo conforme avanzaba el tiempo y cerraba más tratos ilegales.
En las versión de 1983 dirigida por Brian De Palma el protagonista es cubano y la ciudad es Miami, en vez de alcohol se mueve la cocaína pero la base es la misma, sin embargo la decisión de tener violencia, diálogos realistas y personajes adaptados a la actualidad de la época hacen del remake algo mucho más entretenido y completo que su antecesora. Y sí nuevamente Al Pacino está en otra cinta que fue mejor que la original, lo comenzaremos a llamar el “rey de los remake”.