Tras ver la típica introducción, nos presentan un escenario grisáceo y lleno de trabajos forzados. Desde cómo colorean acetatos, pasando por la cabeza de un delfín cuya lengua sirve para empacar y la pulverización de ratas para usarlas de rellano, hasta el uso del cuerno de un unicornio para perforar discos.
Acompañados de una melodía igual de entristecedora, nos damos cuenta que las personas mostradas son en su mayoría asiáticas, ¿será que en aquel continente las horas laborales son así de desoladoras?