El atractivo Jim Caviezel hizo que de pronto se nos olvidara la molestia de los subtítulos para traducir latín, hebreo y arameo con que contó la controversial película de Mel Gibson. También, muchas querían curarle los innecesarios azotes que le dieron a su personaje.
La belleza física de estos hombres pudo ser un distractor para la trama bíblica al desatar pasiones heréticas