Hace poco terminó la primera Master Class que impartió Guillermo del Toro como una de las actividades de la edición 33 del Festival Internacional de Cine de Guadalajara, y pocas veces algo hace tanto honor a su nombre. Una 'clase maestra', una cátedra sobre el cine, la vida y el éxito, fue justo el regalo que nos vino a dar Guillermo del Toro con toda la sencillez, calidez y sabiduría que lo caracterizan.
La primera parte fue una conversación más que una entrevista con el crítico y periodista de cine, Leonardo García Tsao. Fue hablando sobre el riesgo de la escena de baile entre el Dios anfibio y Elisa, que Del Toro comenzó a hablar de la influencia de ser mexicano en sus películas:
Ella quiere decir cuánto lo quiere y no puede, así que como buen mexicano hay que hablar del amor cantando: José Alfredo y una botella, y en su defecto, un musical.
Inevitablemente, una de las primeras preguntas del público fue sobre cómo llegaba a crear a sus personajes fantásticos y la respuesta del director fue genial:
Te contesto, y no es por el pinche meme, pero es porque soy mexicano. Cuando la gente me dice: "¿Pues qué hay de mexicano en tus películas?... Pues yo, güey. ¿Tu crees que a otra nacionalidad se le va a ocurrir que haya un Dios primigenio del agua viviendo en una pinche tina y se lo parchen? Y que al otro dia se tomen un cafecito y platiquen como fue?. No, no. Y la posición de: 'que chingue a su madre el poder', son por ser de aquí. [...] Hay una vocación que es completamente mexicana. Puedes hacer películas en dónde sea y el punto de vista va a ser el tuyo. Cuando la gente dice: '¡¿Cómo va a ser mexicana la película?!' ¡Cómo no! ¡Cómo chingados no! Si de aquí mamé 33 años antes de irme, ¡¿cómo chingados no va a ser mexicana?! Una cosa es tener raices y otra tener pasaporte, que no mamen.
Y con estas palabras del maestro queda poco que agregar. Sólo que gracias a Guillermo del Toro la discusión en torno a la nacionalidad de las películas de los 'Three Amigos' que han ganado el Óscar acaba de terminar: todas son mexicanas. ¡Arre!