En los años cuarenta quizá los actores no estaban tan conscientes de que podían ser nominados ad infinitum y nunca ganar el Óscar. Por lo menos eso le pasó a Rosalind Russell, quien después de haber sido nominada en 1943 por Los caprichos de Eileen y en 1947 por Sister Kenny, estaba convencida de que la tercera era la vencida. Nominada al Óscar como Mejor actriz en 1948 por Mourning Becomes Electra, Russell se levantó de su asiento para recoger el premio ANTES de que anunciaran a la ganadora. Para su enorme vergüenza y la pena ajena de los presentes, ella no era la elegida, sino Loretta Young por The Farmer's Daughter.
El error del año pasado no fue el único, 90 años de historia son suficientes para que se den los más bizarros errores y momentos incómodos. Estos son los más memorables