Definitivamente el primer éxito importante de Tom Hanks en el cine podría haber sido una clara fuente de inspiración para La forma del agua. El solitario y quejumbroso personaje de Allen Bauer (Hanks), se enamora de una espectacular sirena llamada Madison (Daryl Hannah), a quien había conocido desde la infancia al caer de un bote.
Cuando el ejército supo de la existencia de esta sirena en Nueva York, la pareja se vio obligada a volver al muelle para evitar el cutiverio de la mujer con escamas en un centro de investigaciones. El científico que al principio los había descubierto, finalmente los ayuda a escapar. Al caer al agua ambos, viene esta escena del beso donde el humano se queda a vivir en las profundidades con la criatura de sus sueños.