Operación Red Sparrow, basada en la novela de Jason Matthews, ha causado bastante expectativa sobre todo entre quienes conocen los momentos de violencia y sexo explícitos que el libro contiene. De hecho antes de comenzar el rodaje, su protagonista Jenniffer Lawrence confesó a The Today Show en Australia, que tenía pesadillas porque le preocupaba que todo el equipo de producción la viera desnuda.
Con la película a punto de estrenarse esta semana, JLaw ha declarado a la prensa internacional que “a pesar de estar muy nerviosa al principio y no poder dormir un día antes de la filmación”, el haber realizado las escenas de desnudo para esta película, le dejó un sentimiento de empoderamiento; mismo que -según dijo- le fue arrebatado tras ser víctima de un hackeo en 2014, en el que se publicaron en internet una serie de fotografías íntimas suyas. Gracias a su personaje de espía secreta entrenada para seducir y manipular (que sin duda tendrá escenas muy comentadas) tuvo la oportunidad de superar un mal capítulo de su vida.
Siento como si volviera a tener algo que me fue arrebatado, y estoy usándolo en mi arte […] Es mi cuerpo, es mi arte y es mi elección. Y si no te gusta ver senos, no vayas a ver 'Operación Red Sparrow'.
Otra de las declaraciones de Lawrence que más ha causado impacto, fue que tomaría un año sabático de la actuación para dedicarse al activismo desde la organización Represent.Us, donde el foco es combatir la corrupción y fomentar el interés de los jóvenes por la política. Siguiendo la misma línea realista, la actriz también se encuentra desarrollando un documental sobre el movimiento #MeToo, en el cual varias estrellas de Hollywood y numerosas asociaciones de derechos humanos alrededor del mundo, se han manifestado contra el abuso y el acoso sexual.