Tal vez no todos lo recordarán, pero El proyecto de la bruja de Blair, fue un fenómeno social en su momento. En 1998, esta película fue promocionada como un 'documental' sobre la desaparición de tres estudiantes que habían ido a un bosque para realizar un trabajo de tesis acerca de una bruja, quien según la leyenda, robaba niños del pueblo para comérselos. Como los jóvenes jamás regresaron a casa, se emprendió una búsqueda por el bosque, pero lo único que se encontró fueron sus pertenencias entre las que estaban una serie de grabaciones, realizadas cámara en mano, que mostraban algunos momentos de sus últimos días.
Para alimentar el mito urbano promocional, los directores de la cinta, crearon un portal de internet con falsos materiales periodísticos relacionados al caso, donde incluso, subían imágenes de los implicados “poco antes de desaparecer”, logrando convencer (o al menos confundir) al público sobre si esta historia era real. Para su presentación en el Festival Sundance, en enero de 1999, El proyecto de la bruja de Blair, era un suceso que todos querían ver y se consolidaría como un éxito, al obtener 248 millones de dólares en la taquilla global, pese a solo haber invertido 22 mil dólares en su producción.
Lo novedoso para los espectadores de aquel tiempo -en que todavía no figuraban los celulares con cámara ni los videos virales de Facebook- fue tener una historia contada con la subjetividad de los propios desaparecidos, quienes habían logrado registrar la persecución de la cual fueron víctimas, dejándonos escuchar, ver y sentir lo mismo que ellos.
Aunque varios aludían a la baja calidad cinematográfica de la cinta, la mayor parte del público al principio se tragó aquello del 'documental hecho de una grabación encontrada que dejaron los jóvenes desparecidos', pero que en realidad era una película independiente de terror psicológico, escrita, dirigida y editada -desde 1993- por Daniel Myrick y Eduardo Sánchez, estudiantes de la Universidad de Florida.
A dos décadas de aquel revuelo, El proyecto de la bruja de Blair, ha tenido dos secuelas de estudio: El libro de las sombras: Blair Witch 2 y Blair Witch, pero ninguna logró replicar lo que la primera; incluso, volver a ver a un grupo de personas acudir a Burkittsville y tener un destino fatal registrado en video, se sintió como una fórmula gastada. Pese a ello, recientemente se supo que Eduardo Sánchez se encuentra adaptando esta historia, junto con la empresa Lionsgate, como una serie de televisión emitida a través de Studio L, su recién creada plataforma de contenido digital. Hasta ahora, se desconocen detalles sobre el sentido que tomaría esta historia (que posiblemente será antológica), el reparto o su fecha de estreno. Se entiende que un proyecto que usó internet como clave de su éxito, vuelva a intentarlo en sus orígenes, pero ¿tendrá potencial para convertirse en serie?