¡¿Peeeroooo por queeeé?! Nos dieron ganas a todos de gritar cuando leímos Las reliquias de la muerte y después también en el cine. Aquí tampoco entendemos a la autora. Nos queda claro que es una manera en la que Harry pretende prevenir que surja un nuevo Voldemort, pero nadie destruye una reliquia de ese tamaño y menos una varita a la que nadie puede vencer. Además, ¿qué no es él el elegido? ¿no le corresponde casi por derecho? ¿por qué lo hace si va a seguir siendo mago? ¿No es más peligroso que alguien más la encuentre y la vuelva a pegar? La única razón por la que le perdonaríamos esto a Rowling es si fue un recurso para dejar la puerta abierta para una posible secuela... crucemos los dedos.