Más o menos en la misma situación de Hermione, Ginny Weasley, que en los libros tiene bastante personalidad, quedó relegada a ser meramente la damisela que esparaba que Harry se enamorara de ella, haciéndola un personaje con menor fuerza e importancia (bueno, al menos participó en la batalla contra Bellatrix).
Lo peor es que esto también echó a perder lo que podría haber sido el momento más romántico de la saga fílmica, ya que cuando Harry por fin se ve atraído hacia ella, resultó en una escena incómoda y hasta torpemente construida. La pareja tiene una base de fans que los defiende, eso sí, pero lo que más nos cunfunde es que la misma J.K. Rowling ha declarado que hubiera preferido que Harry terminara con Hermoine... o sea ¿cómo?