Normalmente la ceremonia de los premios más famosos en la industria cinematográfica tiene lugar en el mes de febrero, pero en esta ocasión se ha decidido que se realicen en el mes de marzo. ¿La razón? Los organizadores han dicho que coincidiría con el inicio de los Juegos Olímpicos Invernales en Corea del Sur, cuya ceremonia de inauguración será el próximo 25 de febrero, y que no desean interferir con los niveles de audiencia de la justa deportiva (y visceversa).
También, podría tratarse de un tema político: en el primer año de la presidencia de Donald Trump, los conflictos con el gobierno norcoreano de Kim Jong-Un han estado a punto de crear un conflicto nuclear, por lo que es posible que los miembros de la Academia, quienes no simpatizan con la política de Trump, vean esto como una oportunidad de influir en el ámbito internacional. Recordemos que fueron los juegos olímpicos los que consiguieron lo que ningún político había hecho antes: llevar a la mesa de negociaciones a los representantes de ambas Coreas para que aceptaran que las dos naciones compitan bajo una misma bandera. Las dos Coreas desfilarán juntas en los Juegos Olímpicos Invernales, como ya lo habían hecho en los Olímpicos de Sidney en 2000 y en Atenas en 2004. La atención del mundo estará puesta en este momento y seguramente los premios Oscar no quieren estorbar.