Time´s up y Me Too vistieron de negro a los Globos de Oro y los discursos de celebridades como Oprah Winfrey le han dado la vuelta al mundo, pero la comunidad femenina no siempre ha estado del todo unida.
Susan Sarandon, quien ha estado nominada a la categoría de Mejor actriz en una mini serie durante las últimas premiaciones por Bette and Joan, es una de las mujeres que en 2016 declaró abiertamente que Hillary Clinton no contaría con su voto: "Yo no voto con mi vagina", dijo la ganadora del Oscar por Dead Man Walking (1996). Su rechazo hacia Clinton se debe a que la actriz era partidiaria de Bernie Sanders, el rival de Clinton en las primarias del Partido Demócrata, por lo que Sarandon votó por la candidata del Partido Verde Jill Stein en las elecciones presidenciales estadounidenses.
Los sondeos de entonces mostraban que ni Stein ni el candidato Libertario, Gary Johnson, tenían posibilidades de ser elegidos presidente de Estados Unidos y se consideraba dañino el voto para estos partidos porque mejoraron las posibilidades para que Trump ganara aquel 8 de noviembre de 2016. Después de que su voto ayudó al triunfo de Trump, quien ha tenido disputas con celebridades de la talla de Meryl Streep, Susan vistió de negro en los Golden Globes y se dice parte de estos movimientos incluyentes.
Pero el escándalo no termina aquí. Esta noche desfiló por la alfombra roja de los SAG Awards y confesó de manera sutil que esta premiación, en donde el Sindicato de Actores reconoce a las principales interpretaciones realizadas por sus miembros durante el 2017, le parecía un poco aburrida. "Ahora no estamos todos vestidos de negro", dijo Sarandon, pero... ¿qué tanto le podemos creer que en verdad quería vestirse de negro si asegura no tomar en cuenta su naturaleza femenina para elegir al presediente de su país?