
El talentoso australiano Heath Ledger, tenía toda una vida y una carrera por delante: apenas 28 años cumplidos, una hija pequeña y Batman: el caballero de la noche. De no haber tenido problemas de insomnio, de no haber ingerido una alta dosis de medicamentos... probablemente habría podido recibir con sus propias manos el Globo de Oro y el Oscar que merecía por su gran interpretación como 'The Joker', uno de los más inquietantes villanos del cine. Por desgracia, un 22 de enero de 2008, nos levantamos con la sopresiva noticia de su muerte, prematura e inexplicable, en Nueva York.