Pero después de tantas cosas que no son como dicen los anuncios, llega por fin el momento de la cena navideña con la familia. Donde todo será calor, camaradería y fraternidad.
¡Mentira! No faltará el tío ebrio que se la pasa haciendo desfiguros o las tías y cuñadas intrigosas que no se guardan su opinión de cada platillo de la cena. O el pleito entre cuñados, en fin; todo lo bonito que puede ser una familia disfuncional como la de este filme. Aunque es menos probable que llegue un ladrón a hacerla de terapeuta.