El 14 de diciembre pasado People anunció que varias de las actrices que participarán en la próxima entrega de los Globos de Oro, entre las que se encuentran Meryl Streep, Jessica Chastain y Emma Stone, harán una protesta silenciosa contra el abuso sexual en Hollywood vistiendo sólo de negro. Y es que parece que ante la avalancha de acusaciones de acoso sexual que ha hundido a figuras de peso completo como Harvey Weinstein, James Tobak, Kevin Spacey, Louis C.K., y una lista tan larga ya que muchas actrices decidieron que era momento de hacer algo, por pequeño que fuera.
Dos días después de que el anuncio de la propuesta circulara la internet, Rose McGowan -una de las primeras en alzar la voz contra Harvey Weinstein y parte del movimiento #MetToo que acaba de ser nombrado ‘Persona del año’ por Time- arremetió como toro de lidia contra su majestad con un tweet que decía: “Actrices, como Meryl Streep, que han trabajado felizmente para el ‘Cerdo monstruoso’, se vestirán de negro en los Globos de Oro como protesta silenciosa. SU SILENCIO es el problema. Van a aceptar un falso premio sin inmutarse y no van a generar ningún cambio. Desprecio su hipocresía. Quizá deberían usar Marchesa.” -refiriéndose a la marca de ropa de la que la esposa de Weinstein es socia.
Desde entonces McGowan ha empezado a ser tachada de exagerada y estridente, incluso su publicación fue eliminada de Tweeter, mientras que el tweet de apoyo que envió a Salma Hayek recibió poca atención. La expresión desafiante y su look 'sexy butch' no la ayudan frente a una opinión pública machista y a una industria que está viendo a su fábrica de sueños venirse abajo y se resiste a validarla.
Además aceptémoslo: hasta en Hollywood hay razas. Y no es lo mismo ser Meryl Streep que Rose McGowan. No es lo mismo ser una actriz que a lo más que llegó fue a sustituir a Shannen Doherty en Charmed, a ser la reina de Hollywood. No es lo mismo que quizá hayas pasado por lo mismo pero conseguiste todo lo que querías, a probablemente haber tenido que acceder al acoso y terminar con un éxito mediocre como actriz.
Lo cierto, y lo importante, es que el tweet de McGowan señala una verdad que no peca pero incomoda: el silencio que guardaron durante años actrices, que ya empoderadas por la fama, siguieron callando la situación cuando estaban en una situación en la que podrían haber hecho algo. La crítica de McGowan cala también en lo tibio de la protesta. ¿Por qué en silencio? ¿Por qué hasta ahora que los ojos están sobre ellas? ¿Por qué de negro, que además es el color más conveniente para un vestido de gala? Por lo menos haber ido en jumpsuits amarillo fosforescente, ¿no? ¡eso habría sido protestar! Por cierto, ¿y en México, cuando?