Todavía recuerdo cuando Hayden Christensen fue elegido el 12 de mayo del 2000 para interpretar a Anakin Skywalker en Star Wars: Episodio II - El ataque de los clones y en el consiguiente Episodio III - La venganza de los sith. Todo Hollywood estaba sorprendido de que George Lucas hubiera seleccionado al poco experimentado y desconocido actor sobre nombres como Leonardo DiCaprio. Pero al mismo tiempo, los medios le auguraban una larga y feliz carrera -parecida a la de Harrison Ford- y lo consideraban el nuevo sex-symbol del recién empezado milenio.
Pero las cosas en Hollywood no son como en las películas. Entre El ataque de los clones y La venganza de los sith, Hayden era considerado uno de los talentos jóvenes que ascendía con mayor rapidez, aunque los críticos lo despreciaban casi tanto como a Jar-Jar Binks. Según Looper, el crítico del New York Times, A.O. Scott, dijo que su actuación era algo que encajaba mejor en Dawson’s Creek. Christensen, además, se hizo acreedor al premio Razzie como 'Peor actor secundario' por ambas cintas.
En fin, parece ser que las risas involuntarias que provocó su actuación cuando Anakin se convierte al lado oscuro, eclipsaron por completo sus participaciones en Un lugar en la vida (2001) -por la que incluso se rumoró que podría obtener una nominación al Oscar- y en Shattered Glass (2003) al lado de Cholé Sevigny. Las películas que interpretó pasado el tercer episodio de Star Wars tampoco ayudaron a impulsar su carrera; hasta volvió a ganar otro Razzie, que compartió con Jessica Alba, como la ‘Peor pareja en pantalla’ por su participación en Consciente (2007). A Jumper (2008) no le fue tan mal en taquilla pero los críticos volvieron a destrozar su actuación, y lo mismo pasó con Takers (2010).
Definitivamente, parece que la actuación no era realmente lo suyo. Hoy vive una tranquila vida familiar con su esposa y su hija, retirado en una granja que compró con su primer sueldo en Star Wars. Dice que abandonó Hollywood porque quiso, que no lo extraña y que es muy feliz con pequeños papeles ocasionales en películas que casi nadie ve. Qué le queda decir al pobre si hoy no lo llaman ni aunque Los últimos Jedi hubiera necesitado flash-backs.