La película que inaugura el subgénero de dinosaurios vivos causando destrozos y comiendo peatones fue The Lost World (1925), adaptación de la novela de Sir Arthur Conan Doyle.
Willis H. O'Brien, el encargado de los efectos especiales, fue el pionero en usar la técnica de la animación stop-motion para darle vida a los dinosaurios. O'Brien utilizó modelos con piezas movibles que eran fotografiados cuadro por cuadro en maquetas a escala. Después en postproducción, se combinaba la animación con los actores.Y aunque los resultados son muy burdos, el resultado final en pantalla fue impresionante.
El trabajo logrado en este filme le valió a O'Brien ser el encargado de darle vida a las criaturas de otro clásico: King Kong (1933).