Después llegó el año de 1991 y todos lloramos con el funesto final del personaje de Macaulay en Mi Primer Beso (si a ti no te pasó, entonces no tienes corazón).
Aquellos filmes de los noventa retrataban dramas bastante terrenales, te aportaban algo a tu vida y generaban empatía con el espectador, es decir, no había necesidad de apostarle a los efectos especiales o a la violencia para que las producciones se conviertieran en clásicos.
En aquel entonces seguro eras un niño/ adolescente y te enamoraste de la dulzura de Ana Chlumsy, pero conforme pasaron los años las cosas que te hacían llorar eran la escena final de Harry Potter: Las Reliquias de la Muerte Parte II o cuando Toretto (Vin Diesel) se despide de Brian O´Conner (Paul Walker) en Fast and Furious 7.
Conlcusión: has ido perdiendo sensibilidad conforme has envejecido.