La idea da tanta risa que lo único que se puede pensar es que el director de casting estaba borracho cuando se lo propuso a Denver, quien siempre juró que había rechazado el papel en An Officer and a Gentleman (1982). Era un gran compositor de canciones de amor, pero jamás hubiera hecho suspirar a ninguna adolescente ochentera como lo hizo Richard Gere. Además, lo más seguro es que no hubiera aguantado a Debra Winger para sacarla cargando de la fábrica.
Si el casting hubiera quedado como originalmente estaba pensado, quizás estos éxitos hubieran sido un desastre. ¿Qué opinan ustedes?