La nueva película de Pixar, COCO, descrita por su director Lee Unkrich como una "carta de amor a México", está rompiedo todos los récords. Hasta el momento ya suma más de 535 mil pesos en taquilla y alrededor de 11 millones de espectadores.
Este filme, inspirado en el Día de Muertos, está por convertirse en la película más taquillera en la historia de nuestro país por una simple razón: todos conectamos.
Más allá de la cultura, la música y el folclor, los mexicanos nos sentimos identificados. Todos en algún momento de los 109 minutos pensamos "ahí está mi mamá", o mejor dicho, "ahí está mi familia".
Pero, ¿cómo logró Pixar este acercamiento con nuestros paisanos? ¡Simple! El director Lee Unkrich y el co-director Adrian Molina se encargaron no nada más de sumergirse en los libros de historia, también se adentraron en los hogares, en el día a día. Acciones como el trabajo en equipo en un negocio familiar o el terrible y efectivo poder de "la chancla" que se desemboca cuando una madre mexicana enfurece, han hecho sentir al espectador en casa.
"El equipo de Pixar está conformado por una gran cantidad de latinos y mexicanos", dijo Adrian Molina, quien es hijo de padres jaliscienses. "Hacíamos sesiones en donde todos compartíamos las experiencias que vivimos con nuestras familias cuando estábamos creciendo".
Unkrich asegura que en el primer corte el arma de la abuelita del protagonista, Miguel, era una cuchara de madera; sin embargo, cuando la película se proyectó ante la comunidad latina de Pixar, se desencadenó un debate en donde se aseguraba que el objeto que las abuelas o madres ocupan para castigar, no es un utensilio de cocina, es una CHANCLA.
"Todos aseguraban que debíamos cambiar la cuchara por una chancla. Pero yo no sabía a qué se referían", cuenta Lee. "Entonces me explicaron que cuando en México un niño se porta mal, las madres recurren a la chancla".
Les llevó más de seis años empaparse de la cultura mexicana, pues la primera vez que Unkrich visitó México fue cuando vino a promocionar la película Buscando a Nemo.
"Fuimos a Pátzcuaro, Janitzio y Morelia. Contamos con el apoyo de asesores culturales y de la comunidad mexicana que reside en Estados Unidos", dice el también director de Toy Story 3. "Me permití hacer una carta de amor a México porque sentía la necesidad de agradecer todo el apooyo que siempre le han dado en México a las películas de Pixar".