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Una variación del punto anterior es comprar un boleto plenamente consiente de que esa no es la película que quieres ver. Para la cotizadísima función de La forma del agua "una señora entró diciendo que venía a la Sala 3, pero ella quería entrar a la 4, entonces le dije: 'ésta no es la sala, mire aquí dice'. Ya después me dijo que la dejara entrar, pero le dije que fuera a taquilla para cambiar su boleto... Bien enojada que se puso".