Así se salvó ‘The Last of Us’: El plan inicial para la adaptación era un camino al desastre
Luis Fernando Galván
Desde 'El arca rusa' de Aleksander Sokurov hasta 'Museo' de Alonso Ruizpalacios, me encantan las películas que se desarrollan al interior de los museos. Como historiador del arte, me interesa explorar los vínculos que existen entre la pintura y el cine como medios de expresión visual.

Antes de su contundente éxito, ‘The Last of Us’ estuvo cerca de tomar un rumbo equivocado. Su primera adaptación fue pensada como una película, pero los riesgos narrativos eran altos. Esta es la historia de cómo se evitó un desastre anunciado.

La serie The Last of Us se ha convertido en uno de los mayores éxitos de la televisión reciente, aplaudida tanto por los fans del videojuego como por la crítica especializada. Parte de su impacto se debe a la fidelidad con la que adapta la historia original y, al mismo tiempo, a su habilidad para expandir los elementos narrativos y emocionales de los personajes, gracias al formato episódico que le brinda tiempo para profundizar en sus relaciones, motivaciones y contextos.

Sin embargo, antes de que HBO convirtiera esta historia en una aclamada serie protagonizada por Pedro Pascal y Bella Ramsey, The Last of Us estuvo a punto de tomar un camino muy distinto. En 2014, apenas un año después del lanzamiento del videojuego, se anunció una adaptación cinematográfica supervisada por el propio Neil Druckmann, creador del juego, y producida por Sam Raimi, reconocido director de Evil Dead y de la trilogía original de Spider-Man.

De película fallida a serie de culto: El accidentado camino de ‘The Last of Us’

Durante años, el proyecto del largometraje quedó atrapado en lo que en la industria se conoce como “el limbo del desarrollo”. Las razones de esta paralización fueron varias, pero dos de ellas resultaron determinantes. Por un lado, Druckmann no lograba imaginar a nadie que pudiera interpretar a Joel y Ellie con la misma intensidad emocional que sus actores originales en el videojuego, Troy Baker y Ashley Johnson. Por otro lado, intentar condensar más de 14 horas de historia en una película de apenas dos horas parecía, desde el inicio, una receta para el fracaso.

Max

Jeffrey Pierce, actor de voz que interpretó a Tommy en el juego, participó en una lectura temprana del guion y sus impresiones no fueron positivas. En una entrevista con Entertainment Weekly, Pierce comentó: “Por mejor que fuera la película, nunca sería buena de verdad. ¿Cómo vas a contar entre 14 y 17 horas de historia en un filme de 120 minutos?”. El actor también reveló que hubo conversaciones sobre una posible serie de películas animadas por captura de movimiento, pero esa idea fue finalmente descartada.

La salvación llegó cuando Craig Mazin, guionista reconocido por su trabajo en Chernobyl, propuso adaptar el juego como una serie para HBO. Su visión, combinada con el conocimiento profundo de Druckmann sobre la obra original, resultó en una colaboración ideal. Juntos asumieron el rol de showrunners, asegurándose de que cada episodio mantuviera la esencia del juego, pero explorara nuevas dimensiones de sus personajes y escenarios.

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El cambio de formato fue decisivo. Lo que habría sido una adaptación apresurada y probablemente olvidable como película, se transformó en una serie cargada de matices, tensión emocional y desarrollo narrativo. The Last of Us no solo consiguió representar fielmente el mundo postapocalíptico creado por Naughty Dog, sino también introducirlo a un público más amplio, ajeno al universo de los videojuegos.

Con su primera temporada convertida en un fenómeno global, la serie se prepara ahora para continuar su camino. La segunda temporada de The Last of Us tiene fecha de estreno para el 13 de abril a través de la plataforma Max, y las expectativas del público no podrían ser más altas. Lo que alguna vez fue una adaptación al borde del desastre, hoy es una referencia de cómo trasladar un videojuego a la pantalla con respeto, inteligencia y corazón.

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