El lado oscuro de 'Rocky': Stallone confiesa odio y celos hacia otro actor a 40 años del estreno
Sergio Negrete
Sergio Negrete
-Redactor
Mi infancia estuvo repleta de películas de Disney en VHS. Bien podría ser un personaje de 'El diario de Bridget Jones', 'Fleabag' o 'Parks and Recreation'

Ademas de su rivalidad con Arnold Schwarzenegger, hay otra rivalidad en la carrera de Sylvester Stallone que pocos conocen y que, sorprendentemente, fue mucho más visceral.

En Hollywood no todo es glamour, alfombras rojas y discursos que hacen llorar a todos. En la industria, también hay celos, rivalidades y momentos en los que las estrellas chocan con otras. Desde los tiempos dorados del cine, los roces entre actores han sido casi tan comunes como los remakes. Pero si hablamos de duelos legendarios fuera y dentro de la pantalla, uno de los más sonados es el de Sylvester Stallone y Arnold Schwarzenegger, quienes con Rocky y Terminator se volvieron los reyes absolutos del cine de acción en los años ochenta y noventa.

Ambos eran dos figuras cuyas carreras crecían en paralelo. Mientras uno conquistaba con frases como "Hasta la vista, baby", el otro golpeaba a sus rivales al ritmo de la melodía "Eye of the Tiger". Aunque con el tiempo limaron asperezas e incluso compartieron pantalla en Los Indestructibles, durante años la tensión entre ellos fue demasiado. Sin embargo, hay otra rivalidad en la carrera de Stallone que pocos conocen y que, sorprendentemente, fue mucho más visceral.

El duelo del llamado "Semental italiano" no fue con el "Governator", el sino con el mismísimo actor que dio vida a Ivan Drago durante Rocky IV. En la entrega de 1985, el boxeador de Filadelfia se enfrentó a un adversario casi invencible: el imponente soviético interpretado por Dolph Lundgren. Y aunque en pantalla fue una pelea mítica, fuera del set las cosas estuvieron igual de intensas, especialmente del lado de Stallone.

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Fue durante un evento llamado "An Experience With" en 2019, que Stallone soltó toda la sopa y reveló que, cuando conoció a Lundgren, lo que sintió no fue admiración sino una mezcla de odio y celos. "¿Sabes por qué lo elegí [para el papel]? Entró a la habitación y lo detesté al instante", dijo entre risas, pero con una sinceridad que sorprendió a más de uno en la conferencia de prensa.

Según Stallone, Lundgren no era cualquier tipo rudo: medía casi dos metros, con facciones que parecían esculpidas en mármol y una presencia que eclipsaba a cualquiera. "Su estatura es de 1.95 m, tiene el pelo que necesita cortarse con tijeras, pómulos que parecen los de una Harley y labios tan grandes que explotarían si volara a más de tres mil metros", bromeó Stallone, reconociendo que su nuevo rival cinematográfico parecía un espécimen salido de un laboratorio de superhombres.

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Pero lo que realmente lo sacaba de quicio era su intelecto. Lundgren no sólo era una máquina en el gimnasio, sino también un licenciado en ingeniería química y con estudios en el mismísimo MIT. "Ni siquiera es un humano. Es un robot. Lo odiaba", dijo el protagonista de Rocky, con una combinación de admiración y frustración que muchos podrían catalogar como un ataque de celos.

A pesar del impacto del primer encuentro, la química entre ambos resultó perfecta para Rocky IV. La batalla entre Rocky Balboa e Ivan Drago es una de las más recordadas de toda la franquicia. Y aunque Stallone terminó en el hospital durante el rodaje por un golpe mal dado por Lundgren, con el tiempo, ambos actores desarrollaron una amistad que los llevó a trabajar juntos nuevamente en la saga de Los Indestructibles.

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