Con una filmografía que ha definido generaciones y su capacidad para contar historias visualmente impactantes, incluyendo Tiburón e Indiana Jones, Steven Spielberg es, sin duda, un maestro del entretenimiento. En 1993, con el estreno de Jurassic Park, revolucionó la industria con innovadores efectos especiales. El filme fue una apuesta ambiciosa basada en la novela de Michael Crichton, y el director vio en ella la oportunidad perfecta para explorar el eterno conflicto entre la humanidad y la naturaleza.
La historia sigue a un grupo de científicos y empresarios que logran clonar dinosaurios con fines comerciales, pero su intento de control sobre estos seres prehistóricos termina en un desastre. Con una combinación de efectos prácticos y animación digital pionera, la película marcó un antes y un después en el cine de ciencia ficción y aventuras, convirtiéndose en un referente dentro del género.

El secreto detrás del rugido de los dinosaurios en ‘Jurassic Park’
Uno de los aspectos más destacados del filme es el realismo con el que se representaron los dinosaurios, no solo en términos visuales, sino también en el diseño de sonido. Para lograrlo, Spielberg contó con un equipo encabezado por George Lucas, que desarrolló el sistema Digital Theatre System, mejorando la calidad del audio en las salas de cine. Pero más allá de la innovación tecnológica, el verdadero reto fue dar voz a criaturas extintas hace millones de años, lo que llevó a los diseñadores de sonido a experimentar con diversas fuentes inesperadas.
Entre los dinosaurios más memorables de la película, los velocirraptores se robaron el protagonismo con su inteligencia y ferocidad. A pesar de que en años posteriores los paleontólogos descubrieron que estos depredadores probablemente tenían plumas, en Jurassic Park se les presentó como reptiles ágiles y letales, capaces de cazar en grupo y acechar a sus presas con una coordinación impresionante. Pero lo que realmente los hizo inolvidables fue su sonido, una mezcla cuidadosamente diseñada que los hacía parecer aún más amenazantes.

Gary Rydstrom, el diseñador de sonido del filme, reveló que los rugidos de los velocirraptores no eran exactamente lo que el público podría imaginar. Para crear la identidad sonora de estas criaturas, el equipo recurrió a una combinación de sonidos de diferentes animales, incluyendo el silbido de gansos, el bramido de morsas, gritos de delfines y llamadas de apareamiento de aves. Sin embargo, el detalle más inesperado y sorprendente es que el característico "ladrido" de los velocirraptores proviene de una grabación de tortugas en pleno acto de apareamiento.
En palabras del propio Rydstrom, la decisión de incluir estos sonidos surgió de una inusual oportunidad. Mientras trabajaban en la película, el equipo de sonido visitó Marine World, donde les ofrecieron la posibilidad de grabar a un par de tortugas apareándose. Aunque al principio sonó como una broma, decidieron hacerlo, y el resultado fue tan particular que encajó perfectamente con la visión que tenían de los velocirraptores. La forma en que estos reptiles emitían un sonido gutural y repetitivo terminó convirtiéndose en el característico "Arp! Arp!" que los velocirraptores emiten en la famosa escena de la cocina.