Las décadas de los ochenta y noventa fueron una época mágica. Pero si hablamos de ese cine cálido, gracioso y emotivo, hay un nombre que destaca por encima de muchos: Robin Williams. Desde ser el genio de la lámpara en Aladdín, el querido profesor de La sociedad de los poetas muertos, y por supuesto, el inolvidable Peter Pan de Hook (El capitán Garfio), Robin era capaz de hacer a todos reír a carcajadas y llorar como bebés con su sola presencia en la pantalla.
Aunque muchos tuvieron la oportunidad de compartir escena con el gran Robin Williams, fue Matthew Lawrence a quien le tocó conocerle de cerca en Papá por siempre, una de las películas más icónicas de esos años. Lawrence interpretó a Chris Hillard, el hijo mayor de la familia, quien hizo reír al público con su cara de "esto no puede estar pasando" cuando descubría que la niñera era en realidad era su papá vestido de una señora mayor. Pero, ¿qué fue de este niño que parecía tener un futuro brillante en Hollywood?

En 1993, cuando Papá por siempre se convirtió en fenómeno mundial, Matthew Lawrence tenía apenas 13 años. Su actuación fue muy bien recibida y eso lo puso en el radar como uno de los talentos jóvenes más prometedores del momento. A diferencia de otros actores infantiles que desaparecieron del mapa tras un papel estelar, Matthew no se esfumó. Luego de Papá por siempre, participó en varias series de televisión populares como Aprendiendo a vivir del canal de Disney.

Matthew también apareció en Amor fraternal, una comedia donde actuó junto a sus hermanos en la vida real, Joey y Andrew Lawrence. El trío conquistó al público con su química natural, pero la serie no duró mucho tiempo en pantalla. Además, el chico participó en algunas cintas juveniles como El niño del presidente y El chico ideal, pero la estrella de la gran pantalla que todos pensaban en que se convertiría nunca se vio hecho realidad.
Como ocurre con muchos actores infantiles, el paso hacia la adultez puede ser complicado y Matthew Lawrence no fue la excepción. Poco a poco sus apariciones se hicieron más esporádicas y su rostro dejó de ser tan habitual en la pantalla. En lugar de seguir en papeles estelares, Lawrence optó por participar en proyectos más independientes o apariciones especiales.

Actualmente, Matthew Lawrence continúa activo en la industria, aunque más relajado. El actor sigue apareciendo ocasionalmente en televisión y en películas independientes, aunque su papel en Papá por siempre le convirtió en una figura que representa la nostalgia de los noventa. De hecho, en varias entrevistas ha expresado lo agradecido que está por haber trabajado con Robin Williams, a quien considera una de sus mayores influencias y una figura paternal que lo marcó profundamente.