A principios de la década del 2000, Steven Spielberg y Tom Hanks se reunieron tras filmar Rescatando al soldado Ryan para crear otro ambicioso proyecto sobre la Segunda Guerra Mundial como una miniserie de HBO llamada Band of Brothers, y que fue considerada una de las mejores en la historia de la televisión.
Entre los muchos elementos notables de la serie, su excelente elenco reunió a figuras como Ron Livingston, Damian Lewis, James McAvoy, Michael Fassbender, Andrew Scott, Tom Hardy y David Schwimmer. Sin embargo, una historia detrás de cámaras destaca particularmente: el despido de un actor a manos de Tom Hanks justo antes del rodaje.

El joven actor fue Connor Ratliff, de 24 años de edad, y quien había sido elegido para interpretar un papel secundario como el soldado Zielinski. Pero pocos días antes de comenzar la filmación, recibió un mensaje alarmante de su agente: "¡Tienes que tomar el tren a Londres ahora!". La razón: Tom Hanks había visto su audición y tenía dudas sobre su elección para el papel.
Ratliff viajó apresuradamente a Londres y se presentó ante Hanks para interpretar nuevamente su escena. No obstante, el director de casting le informó que no participaría en la serie. El actor describió este episodio como uno de los peores momentos de su vida, lo que incluso lo llevó a alejarse temporalmente de la actuación. Con el tiempo, logró resurgir en el mundo del entretenimiento, participando en producciones como Orange is the New Black y The Marvelous Mrs. Maisel.
Veintidós años después, Connor Ratliff tuvo la oportunidad de enfrentar a Tom Hanks sobre su despido en el pódcast Dead Eyes. Hanks, aunque insistió en que no recordaba el incidente, no dudó en disculparse y calificó la anécdota de Ratliff como "una historia espeluznante".

Para Hanks, el comentario sobre su audición nunca debió haber llegado a oídos del joven actor: "Quienquiera que les haya comunicado lo que se dijo, en el santuario de esta sesión, con tanta autenticidad, debería tener las rodillas rotas, porque es... No está permitido. No se puede citar aquí. No es oficial".
Ratliff coincidió en que el mensaje nunca debió haberle sido transmitido de esa manera. Finalmente, la historia tuvo un cierre más ligero cuando Hanks, tras mirar una antigua foto del actor, concluyó con una sonrisa: "Esos no son ojos muertos".