Si hay un nombre que definió el cine romántico en los años 80 y 90, ese fue el de Richard Gere. Con su presencia elegante, mirada cautivadora y un talento que trascendía los géneros, el actor se convirtió en una de las estrellas más queridas de Hollywood. Desde Mujer bonita hasta Chicago, Gere demostró que su carisma no tenía límites, consolidando su lugar como un ícono del cine.
Sin embargo, con el paso de los años, su carrera tomó un giro inesperado y hoy el actor asegura que Hollywood lo ha dejado en el olvido, sin ningún proyecto en puerta que le haga que nuevas (y viejas) generaciones disfruten de su gran talento histriónico en la pantalla grande. ¿La razón? En realidad, Gere no ha dejado las salas de cine por falta de talento o interés, sino por una razón política que involucra a una de las potencias más grandes del mundo: China.
Richard Gere siempre sido un firme defensor de los derechos humanos y un crítico abierto del gobierno chino, especialmente en lo que respecta a la situación del Tíbet. En 1993, durante la ceremonia de los Premios Oscar, el actor hizo una declaración en vivo denunciando la represión del pueblo tibetano. Este acto, aunque fue aplaudido por activistas y defensores de derechos humanos, lo puso en la lista negra de la industria cinematográfica. Desde entonces, sus oportunidades en grandes producciones comenzaron a reducirse de manera significativa.

En una reciente entrevista, Gere reveló que incluso ha tenido que recurrir a estrategias inusuales para seguir trabajando en la industria del cine. "Hicimos una llamada secreta por una línea protegida", comentó el actor, refiriéndose a los esfuerzos que él y sus representantes han tenido que hacer para negociar proyectos sin que su participación genere problemas con los grandes estudios, muchos de los cuales dependen del mercado chino para el éxito de sus películas.
El actor ha señalado que incluso proyectos que ya estaban en marcha fueron cancelados por la presión de inversionistas o productores que no querían arriesgarse a perder el apoyo del mercado chino: "Es frustrante porque no se trata solo de mí, sino de cómo la industria ha cambiado para acomodar los intereses de un país extranjero". Gere, quien ha encontrado refugio en el cine independiente, ha continuado trabajando en proyectos más pequeños pero con historias profundas y significativas.

A pesar de las dificultades, Gere no se arrepiente de haber levantado la voz en favor de lo que considera justo. Su activismo por el Tíbet, su apoyo a organizaciones humanitarias y su defensa de los derechos humanos han sido una constante en su vida, aunque eso le haya costado su lugar en la élite de Hollywood. En su carrera, ha demostrado que su legado no se mide únicamente por la cantidad de películas de gran presupuesto en las que ha participado, sino por el impacto que ha dejado dentro y fuera de la pantalla.