Uno de los estrenos que llegaron a salas de cine en México este fin de semana, además de Memorias de un caracol y Aún estoy aquí, es El mono, la cinta más reciente de Oz Perkins. Luego del éxito obtenido junto a Nicolas Cage en Longlegs, el cineasta estadounidense trae a la pantalla grande una nueva historia de horror sobre un juguete asesino.
Theo James interpreta a Hal y Bill Shelburn, dos hermanos gemelos que luego de encontrar un misterioso mono de juguete, una serie de desconcertantes muertes destrozan a su familia. 25 años después, el mono comienza a asesinar de nuevo, forzando a los hermanos distanciados a confrontar al muñeco maldito.

Al igual que en Longlegs, cuya fotografía fue dirigida por Andrés Arochi Tinajero, Perkins trabaja junto a un director de fotografía mexicano en El mono. Corriendo a cargo de Nico Aguilar, las imágenes de este largometraje de horror muestran cómo un objeto inanimado puede convertirse en la pesadilla de esta historia que mezcla el horror y la comedia.
Aguilar, quien ha trabajado en proyectos como Los asesinos de la luna y Pedro Páramo junto a uno de los directores de fotografía más reconocidos de México, señaló en una entrevista exclusiva para Sensacine Latam que ha aprendido bastante de él. “Cada proyecto me ayuda a prepararme para el siguiente. Trabajar con Rodrigo Prieto es la mejor escuela del mundo”.

También realizó hincapié en cómo Oz Perkins confía en el talento de los mexicanos. “Incluso el director de la fotografía adicional es también mexicano. Creo que eso se debe a que su sensibilidad como cineasta se alinea con la de un director de fotografía mexicano. Lo que él ha encontrado con nosotros es que nuestra cultura es rica y nos afecta; a lo mejor hay algo que le apetece de ello”.
Nico Aguilar declaró que los artistas mexicanos que aspiran a convertirse en cineastas y directores de fotografía no tienen más que buscar en su cultura para hallar inspiración: “Todos en el país crecemos con un regalo, lo tenemos cuando nacimos en un lugar como México. Estamos rodeados de una cultura impresionante, que tiene imágenes y colores que son regalos para los artistas. Lo único que falta hacer es abrir nuestros ojos a lo que tenemos alrededor y dejar que nos afecte. Le diría al resto de los artistas y los cineastas en México que abran sus ojos”.