Capitán América: Un nuevo mundo está por llegar a los cines y promete marcar un nuevo capítulo en el Universo Cinematográfico de Marvel. Con estreno programado en Cinépolis y Cinemex este jueves 13 de febrero, la película mostrará a Sam Wilson en su primera gran misión como el nuevo Capitán América. En esta entrega, interpretado por Anthony Mackie, enfrentará a una amenaza que pondrá a prueba su liderazgo y principios, con un elenco que incluye a Danny Ramirez, Carl Lumbly, Tim Blake Nelson y la esperada llegada de Harrison Ford como el general Thaddeus "Thunderbolt" Ross.
Uno de los mayores atractivos de la película es la introducción de Red Hulk, una de las encarnaciones más poderosas y temibles del universo Marvel. Originalmente, este personaje fue un antagonista del increíble Hulk, representando una amenaza inigualable con habilidades que van más allá de la fuerza bruta. Aunque la versión verde del gigante es conocida por su poder ilimitado, Red Hulk posee ventajas únicas gracias a su conexión con fuerzas cósmicas dentro del multiverso de Marvel.
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La llegada de Red Hulk al cine: ¿qué esperar de este nuevo villano?
Red Hulk es, en realidad, el propio general Thaddeus "Thunderbolt" Ross, un militar de alto rango cuya obsesión por detener a Hulk lo llevó a convertirse en aquello que tanto despreciaba. Desde su primera aparición en los cómics en 1962, Ross fue una figura clave en la historia de Bruce Banner, persiguiéndolo incansablemente. Sin embargo, fue hasta 2008, tras los eventos de World War Hulk, que Ross se transformó en el temible Red Hulk gracias a un experimento realizado por el Líder, M.O.D.O.K. y Doc Samson, quienes lograron transferirle la energía gamma de Banner.
A diferencia del Hulk tradicional, Red Hulk tiene control total sobre sus transformaciones, lo que le permite permanecer en su forma humana cuando lo desea. Además, es capaz de absorber la energía de sus enemigos y emitir intensas ráfagas de radiación gamma. Esto lo convierte en un adversario formidable, ya que no solo puede igualar la fuerza de Hulk, sino que también la incrementa al alimentarse de otras fuentes de energía.
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Con el paso del tiempo, Ross comenzó a cuestionar su propia existencia como Red Hulk. En una confesión, llegó a admitir que se había convertido en el monstruo que siempre quiso destruir. "Me convertí en lo que más odiaba en la vida. Soy Red Hulk. Y por todo lo que he hecho… merezco morir", expresó en los cómics, reflejando su conflicto interno. A diferencia de Banner, Ross eligió convertirse en Hulk de manera voluntaria, y con ello, enfrenta el reto de probar que no es solo una máquina de destrucción.
Lo que hace aún más impresionante a Red Hulk es su conexión con el One Below All, la entidad demoníaca responsable de la existencia de los mutantes gamma. Esta fuerza cósmica vincula a todos los Hulk con un misterioso plano de existencia llamado el Below-Place, un lugar donde pueden regenerarse y regresar a la vida a través de las Green Doors. Esta conexión otorga a Red Hulk una inmortalidad similar a la de Hulk, convirtiéndolo en una fuerza imparable.
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En los cómics, Ross también ha explorado otras formas de poder, llegando a fusionarse con el simbionte Venom y con un Espíritu de Venganza, lo que lo convirtió en una de las entidades más destructivas de Marvel. También ha sido marcado con el Hell-Mark, un símbolo demoníaco que le otorga la capacidad de controlar fuego infernal y comandar a otras criaturas del inframundo. A pesar de su apariencia de bruto, Ross es un estratega brillante que ha utilizado tácticas de espionaje y manipulación para alcanzar sus objetivos.
Al final, Red Hulk es un personaje que oscila entre el villano y el antihéroe. Aunque busca la paz, su naturaleza lo empuja constantemente al combate, sin importar las consecuencias. Su introducción en Capitán América: Un nuevo mundo promete traer una de las amenazas más complejas y poderosas al UCM, elevando las apuestas para Sam Wilson en su camino como el nuevo Capitán América.
